En los Medios
*Por Silvia Ramos de Barton en www.elartedelvino.com
#ComunidaddelTé
Sommellerie: Esta vez hablamos de té. Entrevista a Gabriela Carina Chromoy, quien ya tiene una interesante y reciente línea de té en hebras. Imperdible. Mirá.
Blog de Vinos: ¿De qué origen es tu apellido: Chromoy?
Gabriela: Mi apellido es de origen ruso-ucraniano.
BdV: ¿Cuál es tu profesión?
Gabriela: Soy odontóloga de la UBA y canto, de manera amateur. Últimamente, "La Barton" me bautizó Tea blender, hecho que me emocionó bastante.
BdV: Es un bautismo natural, te convertiste en Tea Blender al mezclar las hebras de té puros con flores, especias y frutas, te volviste una alquimista. Es un paso enorme salir de lo intelectual y crear un producto, una marca, elegir una lata, diseñar una etiqueta. Es convertirte en Entrepeneur del que te aseguro, no hay vuelta atrás. Contame, cuál fue el momento en que tomaste la primera taza de té, ¿te acordás?
Gabriela: Sí. Desde muy pequeña, desayunaba con mamá, en la cama grande, antes de ir al Jardín. Tomábamos té en unas tazas blancas de opalina y a mí me gustaba sumergir las chocolinas en el licor sin azucarar. La provisión de té en hebras la hacía mi abuela materna que, siendo hija de rusos/ingleses nos enseñó a tomarlo a la manera inglesa (one teaspoon for each cup and one for the teapot) y a la manera rusa también (mordiendo un terrón de azúcar con cada sorbo). En casa de mi abuela paterna, el té se tomaba en vasos de vidrio y con limón.
¿Querés seguir leyendo? Hacé clic en "Más información".
BdV: Qué interesante, una anécdota muy rica por el recuerdo de la niñez, las abuelas... ¿Y cuándo y cómo decidiste dedicarte al té, o mejor dicho, cuándo el té tocó la puerta de tu corazón y decidiste cruzar el camino?.
Gabriela: Decidí dedicarme al té a la vuelta de un viaje a Noruega, que fue como una bisagra en mi vida. Uno de mis amigos noruegos, solía usar un latiguillo, para marcar cuando algo no le gustaba, que era "That's not my cup of tea"(esa no es mi taza de té), a lo que yo replicaba "and which is it, then?"(y cuál es, entonces?) y él respondía "green tea with ginger"(té verde con jengibre). Buscando el mejor té verde con jengibre, me topé con Victoria Bisogno, quien luego fue mi maestra y abrió ante mis ojos este abanico de colores que es el mundo de la camellia sinensis y por lo cual le estoy enormemente agradecida. Empecé a tener sueños reveladores: la inspiración surgía de noche, cuando dormía, en forma de acuarelas, palabras, tipografías, combinaciones caleidoscópicas de hebras, frutos, flores... Este año, debido a una tragedia familiar, me vi en la necesidad de hacer mis propios blends, con materias primas totalmente naturales y orgánicas y, fundamentalmente, libres de todo contacto con proteínas del látex. Nadie podía garantizarme una producción de esas características y, así, casi sin querer, empecé a materializar todas esas imágenes oníricas y a crear con todos mis sentidos, a través de mis manos, los blends que les daba a los míos. También fue mi modo de superar la angustia, la incertidumbre y el miedo y transmutarlos en arte. El resultado es DaCha.
BdV: ¿Qué quiere decir "DACHA"?
Gabriela: Una Dacha rusa es una casa de campo. Las dachas eran las casas de veraneo de los tsares; luego, de la nobleza y aristocracia rusas; en la era soviética, se les otorgaba a los funcionarios y, más adelante, la gente común se construía sus dachas para escapar, los fines de semana, de la ciudad. En las dachas se cocinó la vida política y cultural de la Rusia de fines de s XVIII y siglos XIX y XX, alrededor del samovar, con una taza de té caliente. Una dacha puede ser una choza o un palacete. La mayoría de las dachas tiene un espacio del jardín destinado a huerto y, en las épocas de guerra o de racionamiento brutal, quien tenía una dacha, tenía comida. Etimológicamente, dacha proviene de la palabra rusa “dat” que significa “dar” y se remonta a las parcelas de tierra que el zar Pedro I les otorgaba a sus allegados y favoritos, en las afueras de San Petersburgo.
BdV: Si, Pedro I El Grande, uno de mis personajes preferidos de la historia, fue el zar más destacado de la dinastía Románov quien convirtió a la "Rusia" olvidada y pueblerina en una potencia europea. Volvamos a la marca, ¿cómo la diseñaste?
Gabriela: Diseñé la marca de tal manera que representara un juego de palabras: DA significa sí en ruso y CHA es té en chino. Russkiĭ Sekret significa “secreto ruso” y encierra el misterio del arte ruso del té que, afortunadamente, yo llevo impreso en mi matriz genética. La D y la Ch, además, las destaqué en mayúsculas porque son las iniciales del nombre de mi padre.
BdV: ¿Por qué Rusia es tan importante para vos?
Gabriela: Supongo que porque la “rusiandad” no se arranca tan fácilmente de la piel, ni aún después de varias generaciones. Aunque no solamente Rusia es importante para mí, sino también toda una Europa en la que mis antepasados hicieron historia y yo voy desandando camino hasta el origen. A fin de cuentas, uno es lo que es, también, por todos los que lo precedieron y por las decisiones que ellos tomaron.
BdV: Si, claro. Pero no todo el mundo se interesa en sus orígenes, y mucho menos les hacen honores a sus antepasados. Es interesante porque en la Argentina la mayoría de los amantes del té hablan del té chino, japonés, hindú, británico y del rooibos, pero creo que sos la única que habla del té en Rusia. Contanos cómo se toma el té en ese país tan pero tan frío.
Gabriela: Hoy por hoy, no difiere mucho de como se toma en todo el mundo: la globalización tiene ese efecto. Como marca característica, usan un término/verbo para describir la acción de tomar té, que vendría a ser, en argentino, el equivalente de "matear": Chaepítie (чаепитие), que significa tetear, tomar té. Si te invitan a "chaepítie", cosa muy común en Rusia como muestra de hospitalidad, la costumbre es que lleves algo para acompañar el banquete, ya que los rusos son muy golosos y gustan de acompañar su té con dulces y pastelería típicos.
Antes, se tomaba alrededor del samovar, artefacto que conserva el agua a punto de ebullición. Se preparaba una infusión de té en hebras, bien cargada, el “zavarka”, que luego se diluía con agua del samovar. Era muy común tomarlo en vasos de té, de vidrio, con podstakaniks (portavasos) metálicos, para no quemarse los dedos; también se tomaba de unos platitos, de modo que se enfriara más rápidamente, para no quemarse los labios (esta modalidad la usaban siempre los niños). La tradición, que yo viví en casa de mis abuelas, era morder un terrón de azúcar y tomar un sorbo de té. Otra costumbre tradicional de los rusos, es agregarle al té una rodajita de limón o comer jalea de a cucharadas mientras se lo toma.
BdV: ¿Cómo son tus blends?
Gabriela: Mis blends son mezclas de hebras nobles, con flores, especias o frutos. Por ahora no utilizo hebras nacionales, porque no me permiten tanta versatilidad en el logro de sabores, aromas, colores, texturas. Compro el té puro y algunas flores a proveedores de Estados Unidos, Canadá, Rusia y China. Diseño cada uno con una personalidad fuerte y distintiva, que es lo que les da el toque ruso pero cada uno da cuenta y testimonio de una historia y de La Historia: no son producto del azar sino de la combinación del arte, la ciencia, la inspiración, la investigación, el desandar de los caminos de las corrientes migratorias, los sueños que sueño y el respeto por las materias primas que elijo y el producto terminado.
BdV: ¿Cuál es tu preferido?
Gabriela: Sin ánimo de tratar de ser políticamente correcta, te puedo afirmar que cada uno de mis blends es como un hijo y que, en ese saber y sentir, no tengo un preferido. Son, todos, joyas que expresan sus mejores cualidades en el momento oportuno. En el desayuno (y en ayunas) elijo los que tienen base de Pu Erh, que son el MANDARÍN IMPERIAL y el VIAJE A ŠIPAN, aunque este último también va perfecto como postre y con quesos; para acompañar cocina asiática o tortas de manzana, las dos versiones de KAIFENG IMPERIAL son ideales; con cualquier tipo de salmón, solo, en bagels o canapés, elijo HISTORIAS DE HUMO; para un té de las 5, no dudo en preparar OLD LAVENDER 1932 o INVIERNO EN KIEV; después de una comida muy fuerte, de tipo medio-oriental, se imponen las DUNAS DEL MAGREB; cuando me quiero dar un gusto, tomo CAPRICHO FLORENTINO y cuando me quiero hacer un mimo o antes de irme a dormir, me acompañan los JAZMINES EN EL PELO y SWEET HEATHER.
BdV: Creo que uno de los nombres más lindos que escuché de un blend es justamente, "jazmines en el pelo". Es como una fotografía campestre, un picnic a la vera de algún río, tomando el té sobre un mantel a cuadros y como decíamos de chicas, vestidas de damas antiguas y con un jazmín en el pelo robado de algún jardín un día de verano. ¿Qué casa de té del mundo te gustaría visitar?
Gabriela: Me encantaría visitar la Maison de Thé de los Mariage Frères en París, la Casa de Té Ichiriki y el jardín de té del Templo Koetsuji (con tres casas de té) en Kyoto, las casas de té de China (todas) y la Casa de Té de Sochi en Rusia.
BdV: ¿Y cuál de todos los jardines de té te gustaría conocer?
Gabriela: Quisiera caminar por los Jardines de té de Matsesta en Sochi, Rusia, por el azul maravilloso de las Nilgiri Hills, en el sudoeste de India y, por supuesto, por los jardines de la provincia de Henan, en China.
BdV: ¿Y que té te gustaría probar que aún no hayas probado?
Gabriela: Aaahhh! Estoy a la espera del té de la Región de Sochi, Krasnodar, Rusia. Ellos lograron jardines bellísimos, en donde la temperatura, humedad y altura son más que óptimas y aggiornaron su tecnología, con máquinas japonesas. La recolección de los más altos grados la hacen a mano, así que estoy bastante ansiosa por catar esos tés.
BdV: ¡Espero participar de esa cata!. ¿Y cuál es tu sueño sobre vos y el mundo del té?
Gabriela: No tengo “el gran sueño” si a eso te referís. No soy ambiciosa. Claro que me gustaría que mis blends llevaran belleza a las casas y a las historias de la gente. Pensando en el nombre de la marca y en todo lo que viví este año, me dí cuenta de que, para mí, una dacha es un estado de ánimo más que un lugar; un momento libre de los parámetros del espacio-tiempo; el amanecer, el sol, la lluvia, las horas mágicas; la noche desvelada con los amigos, el perfume del eneldo fresco sobre un gravlaks nórdico; el aprender a buscarle la espuma de la alegría a los maremotos de la vida y seguir adelante, con la certeza de que todo pasa y uno encuentra cobijo, resguardo, tibieza… eso es lo que hace a una dacha. Tengo todo un bagaje de conocimientos de mis ancestros rusos! Tal vez estén ahí para enseñarme cómo ofrecer el más rico y humeante té, cómo preparar el “chaepítie” perfecto y cómo amar a alguien sin reservas, sin pedir nada a cambio y transmitirlo a los demás. Ese es mi sueño.
BdV: Por favor antes de fin de año quiero verte preparar un "chaepítie”, a propósito de fin de año, ¿tenés algo pensado para ofrecer como regalo navideño, alguna promoción?
Gabriela: Navidad en DaCha recrea una cualidad fuerte de la "rusiandad", que es el arte y cada set de Navidad (compuesto de latas o frascos de degustación, acompañados por un infusor, que es el accesorio obligado a la hora de un té en hebras), lleva el nombre de un escritor ruso o de un bailarín o bailarina. Así, para las latas pensé en "La Gaviota" de Chejov, "Guerra y Paz" de Tolstoy, "Los hermanos Karamazov" de Dostoievsky y elegí a Pushkin porque lo es todo para Rusia y pensando en "Boris Godunov"; los frascos me parecieron más etéreos, y ahí están Pavlova, Plisetskaya y Baryshnikov, mis adorados bailarines.
BdV: Realmente te felicito por la creatividad de utilizar estos nombres célebres, que tan lindos recuerdos nos traen a los que amamos a la literatura y a la danza clásica. Muchas gracias por tu tiempo.
En una próxima nota, les comentaré a los lectores las notas de cata de algunos de los tés de Gabriela. Por ahora ya los probé, sin catarlos, y realmente transportan a esa DaCha que todos necesitamos.
Más información: dachablends@gmail.com y en facebook: http://facebook.com/dachablends
*Por Silvia Ramos de Barton en www.elartedelvino.com
#ComunidaddelTé
Sommellerie: Esta vez hablamos de té. Entrevista a Gabriela Carina Chromoy, quien ya tiene una interesante y reciente línea de té en hebras. Imperdible. Mirá.
Blog de Vinos: ¿De qué origen es tu apellido: Chromoy?
Gabriela: Mi apellido es de origen ruso-ucraniano.
BdV: ¿Cuál es tu profesión?
Gabriela: Soy odontóloga de la UBA y canto, de manera amateur. Últimamente, "La Barton" me bautizó Tea blender, hecho que me emocionó bastante.
BdV: Es un bautismo natural, te convertiste en Tea Blender al mezclar las hebras de té puros con flores, especias y frutas, te volviste una alquimista. Es un paso enorme salir de lo intelectual y crear un producto, una marca, elegir una lata, diseñar una etiqueta. Es convertirte en Entrepeneur del que te aseguro, no hay vuelta atrás. Contame, cuál fue el momento en que tomaste la primera taza de té, ¿te acordás?
Gabriela: Sí. Desde muy pequeña, desayunaba con mamá, en la cama grande, antes de ir al Jardín. Tomábamos té en unas tazas blancas de opalina y a mí me gustaba sumergir las chocolinas en el licor sin azucarar. La provisión de té en hebras la hacía mi abuela materna que, siendo hija de rusos/ingleses nos enseñó a tomarlo a la manera inglesa (one teaspoon for each cup and one for the teapot) y a la manera rusa también (mordiendo un terrón de azúcar con cada sorbo). En casa de mi abuela paterna, el té se tomaba en vasos de vidrio y con limón.
¿Querés seguir leyendo? Hacé clic en "Más información".
BdV: Qué interesante, una anécdota muy rica por el recuerdo de la niñez, las abuelas... ¿Y cuándo y cómo decidiste dedicarte al té, o mejor dicho, cuándo el té tocó la puerta de tu corazón y decidiste cruzar el camino?.
Gabriela: Decidí dedicarme al té a la vuelta de un viaje a Noruega, que fue como una bisagra en mi vida. Uno de mis amigos noruegos, solía usar un latiguillo, para marcar cuando algo no le gustaba, que era "That's not my cup of tea"(esa no es mi taza de té), a lo que yo replicaba "and which is it, then?"(y cuál es, entonces?) y él respondía "green tea with ginger"(té verde con jengibre). Buscando el mejor té verde con jengibre, me topé con Victoria Bisogno, quien luego fue mi maestra y abrió ante mis ojos este abanico de colores que es el mundo de la camellia sinensis y por lo cual le estoy enormemente agradecida. Empecé a tener sueños reveladores: la inspiración surgía de noche, cuando dormía, en forma de acuarelas, palabras, tipografías, combinaciones caleidoscópicas de hebras, frutos, flores... Este año, debido a una tragedia familiar, me vi en la necesidad de hacer mis propios blends, con materias primas totalmente naturales y orgánicas y, fundamentalmente, libres de todo contacto con proteínas del látex. Nadie podía garantizarme una producción de esas características y, así, casi sin querer, empecé a materializar todas esas imágenes oníricas y a crear con todos mis sentidos, a través de mis manos, los blends que les daba a los míos. También fue mi modo de superar la angustia, la incertidumbre y el miedo y transmutarlos en arte. El resultado es DaCha.
BdV: ¿Qué quiere decir "DACHA"?
Gabriela: Una Dacha rusa es una casa de campo. Las dachas eran las casas de veraneo de los tsares; luego, de la nobleza y aristocracia rusas; en la era soviética, se les otorgaba a los funcionarios y, más adelante, la gente común se construía sus dachas para escapar, los fines de semana, de la ciudad. En las dachas se cocinó la vida política y cultural de la Rusia de fines de s XVIII y siglos XIX y XX, alrededor del samovar, con una taza de té caliente. Una dacha puede ser una choza o un palacete. La mayoría de las dachas tiene un espacio del jardín destinado a huerto y, en las épocas de guerra o de racionamiento brutal, quien tenía una dacha, tenía comida. Etimológicamente, dacha proviene de la palabra rusa “dat” que significa “dar” y se remonta a las parcelas de tierra que el zar Pedro I les otorgaba a sus allegados y favoritos, en las afueras de San Petersburgo.
BdV: Si, Pedro I El Grande, uno de mis personajes preferidos de la historia, fue el zar más destacado de la dinastía Románov quien convirtió a la "Rusia" olvidada y pueblerina en una potencia europea. Volvamos a la marca, ¿cómo la diseñaste?
Gabriela: Diseñé la marca de tal manera que representara un juego de palabras: DA significa sí en ruso y CHA es té en chino. Russkiĭ Sekret significa “secreto ruso” y encierra el misterio del arte ruso del té que, afortunadamente, yo llevo impreso en mi matriz genética. La D y la Ch, además, las destaqué en mayúsculas porque son las iniciales del nombre de mi padre.
BdV: ¿Por qué Rusia es tan importante para vos?
Gabriela: Supongo que porque la “rusiandad” no se arranca tan fácilmente de la piel, ni aún después de varias generaciones. Aunque no solamente Rusia es importante para mí, sino también toda una Europa en la que mis antepasados hicieron historia y yo voy desandando camino hasta el origen. A fin de cuentas, uno es lo que es, también, por todos los que lo precedieron y por las decisiones que ellos tomaron.
BdV: Si, claro. Pero no todo el mundo se interesa en sus orígenes, y mucho menos les hacen honores a sus antepasados. Es interesante porque en la Argentina la mayoría de los amantes del té hablan del té chino, japonés, hindú, británico y del rooibos, pero creo que sos la única que habla del té en Rusia. Contanos cómo se toma el té en ese país tan pero tan frío.
Gabriela: Hoy por hoy, no difiere mucho de como se toma en todo el mundo: la globalización tiene ese efecto. Como marca característica, usan un término/verbo para describir la acción de tomar té, que vendría a ser, en argentino, el equivalente de "matear": Chaepítie (чаепитие), que significa tetear, tomar té. Si te invitan a "chaepítie", cosa muy común en Rusia como muestra de hospitalidad, la costumbre es que lleves algo para acompañar el banquete, ya que los rusos son muy golosos y gustan de acompañar su té con dulces y pastelería típicos.
Antes, se tomaba alrededor del samovar, artefacto que conserva el agua a punto de ebullición. Se preparaba una infusión de té en hebras, bien cargada, el “zavarka”, que luego se diluía con agua del samovar. Era muy común tomarlo en vasos de té, de vidrio, con podstakaniks (portavasos) metálicos, para no quemarse los dedos; también se tomaba de unos platitos, de modo que se enfriara más rápidamente, para no quemarse los labios (esta modalidad la usaban siempre los niños). La tradición, que yo viví en casa de mis abuelas, era morder un terrón de azúcar y tomar un sorbo de té. Otra costumbre tradicional de los rusos, es agregarle al té una rodajita de limón o comer jalea de a cucharadas mientras se lo toma.
BdV: ¿Cómo son tus blends?
Gabriela: Mis blends son mezclas de hebras nobles, con flores, especias o frutos. Por ahora no utilizo hebras nacionales, porque no me permiten tanta versatilidad en el logro de sabores, aromas, colores, texturas. Compro el té puro y algunas flores a proveedores de Estados Unidos, Canadá, Rusia y China. Diseño cada uno con una personalidad fuerte y distintiva, que es lo que les da el toque ruso pero cada uno da cuenta y testimonio de una historia y de La Historia: no son producto del azar sino de la combinación del arte, la ciencia, la inspiración, la investigación, el desandar de los caminos de las corrientes migratorias, los sueños que sueño y el respeto por las materias primas que elijo y el producto terminado.
BdV: ¿Cuál es tu preferido?
Gabriela: Sin ánimo de tratar de ser políticamente correcta, te puedo afirmar que cada uno de mis blends es como un hijo y que, en ese saber y sentir, no tengo un preferido. Son, todos, joyas que expresan sus mejores cualidades en el momento oportuno. En el desayuno (y en ayunas) elijo los que tienen base de Pu Erh, que son el MANDARÍN IMPERIAL y el VIAJE A ŠIPAN, aunque este último también va perfecto como postre y con quesos; para acompañar cocina asiática o tortas de manzana, las dos versiones de KAIFENG IMPERIAL son ideales; con cualquier tipo de salmón, solo, en bagels o canapés, elijo HISTORIAS DE HUMO; para un té de las 5, no dudo en preparar OLD LAVENDER 1932 o INVIERNO EN KIEV; después de una comida muy fuerte, de tipo medio-oriental, se imponen las DUNAS DEL MAGREB; cuando me quiero dar un gusto, tomo CAPRICHO FLORENTINO y cuando me quiero hacer un mimo o antes de irme a dormir, me acompañan los JAZMINES EN EL PELO y SWEET HEATHER.
BdV: Creo que uno de los nombres más lindos que escuché de un blend es justamente, "jazmines en el pelo". Es como una fotografía campestre, un picnic a la vera de algún río, tomando el té sobre un mantel a cuadros y como decíamos de chicas, vestidas de damas antiguas y con un jazmín en el pelo robado de algún jardín un día de verano. ¿Qué casa de té del mundo te gustaría visitar?
Gabriela: Me encantaría visitar la Maison de Thé de los Mariage Frères en París, la Casa de Té Ichiriki y el jardín de té del Templo Koetsuji (con tres casas de té) en Kyoto, las casas de té de China (todas) y la Casa de Té de Sochi en Rusia.
BdV: ¿Y cuál de todos los jardines de té te gustaría conocer?
Gabriela: Quisiera caminar por los Jardines de té de Matsesta en Sochi, Rusia, por el azul maravilloso de las Nilgiri Hills, en el sudoeste de India y, por supuesto, por los jardines de la provincia de Henan, en China.
BdV: ¿Y que té te gustaría probar que aún no hayas probado?
Gabriela: Aaahhh! Estoy a la espera del té de la Región de Sochi, Krasnodar, Rusia. Ellos lograron jardines bellísimos, en donde la temperatura, humedad y altura son más que óptimas y aggiornaron su tecnología, con máquinas japonesas. La recolección de los más altos grados la hacen a mano, así que estoy bastante ansiosa por catar esos tés.
BdV: ¡Espero participar de esa cata!. ¿Y cuál es tu sueño sobre vos y el mundo del té?
Gabriela: No tengo “el gran sueño” si a eso te referís. No soy ambiciosa. Claro que me gustaría que mis blends llevaran belleza a las casas y a las historias de la gente. Pensando en el nombre de la marca y en todo lo que viví este año, me dí cuenta de que, para mí, una dacha es un estado de ánimo más que un lugar; un momento libre de los parámetros del espacio-tiempo; el amanecer, el sol, la lluvia, las horas mágicas; la noche desvelada con los amigos, el perfume del eneldo fresco sobre un gravlaks nórdico; el aprender a buscarle la espuma de la alegría a los maremotos de la vida y seguir adelante, con la certeza de que todo pasa y uno encuentra cobijo, resguardo, tibieza… eso es lo que hace a una dacha. Tengo todo un bagaje de conocimientos de mis ancestros rusos! Tal vez estén ahí para enseñarme cómo ofrecer el más rico y humeante té, cómo preparar el “chaepítie” perfecto y cómo amar a alguien sin reservas, sin pedir nada a cambio y transmitirlo a los demás. Ese es mi sueño.
BdV: Por favor antes de fin de año quiero verte preparar un "chaepítie”, a propósito de fin de año, ¿tenés algo pensado para ofrecer como regalo navideño, alguna promoción?
Gabriela: Navidad en DaCha recrea una cualidad fuerte de la "rusiandad", que es el arte y cada set de Navidad (compuesto de latas o frascos de degustación, acompañados por un infusor, que es el accesorio obligado a la hora de un té en hebras), lleva el nombre de un escritor ruso o de un bailarín o bailarina. Así, para las latas pensé en "La Gaviota" de Chejov, "Guerra y Paz" de Tolstoy, "Los hermanos Karamazov" de Dostoievsky y elegí a Pushkin porque lo es todo para Rusia y pensando en "Boris Godunov"; los frascos me parecieron más etéreos, y ahí están Pavlova, Plisetskaya y Baryshnikov, mis adorados bailarines.
BdV: Realmente te felicito por la creatividad de utilizar estos nombres célebres, que tan lindos recuerdos nos traen a los que amamos a la literatura y a la danza clásica. Muchas gracias por tu tiempo.
En una próxima nota, les comentaré a los lectores las notas de cata de algunos de los tés de Gabriela. Por ahora ya los probé, sin catarlos, y realmente transportan a esa DaCha que todos necesitamos.
Más información: dachablends@gmail.com y en facebook: http://facebook.com/dachablends
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